TRISTE REALIDAD DEL SANTIAGUEÑO

Mucho se  prometió en el esperanzado gobierno iniciado allá por el 2005. Es que, con el fin del juarismo los valores republicanos deberían haberse reinstalado en la provincia. Recordemos que por aquellos tiempos la representación de las minorías parlamentarias bajo el sistema de circunscripciones afectaba el sistema democrático dando al oficialismo gobernante una mayoría agravada que reducía al Poder Legislativo en simple "escribania" del Poder Ejecutivo que todo avalaba.

Hoy esa dependencia parasitaria y falta de independencia parlamentaria es mucho más severa y cronica, por cuanto el oficialismo concentra el 95% de las bancas. Nos prometieron un Poder Judicial con absoluta independencia y reconocida probidad de sus funcionarios, creando para ello los órganos de control y selección de magistrados dotándolo de la mas absoluta autonomía que la ciudadanía reclamaba,  para acabar con los jueces adictos y cómplices del gobierno de turno. Todo bajo la prometida reforma constitucional. Pues bien, la reforma se llevo adelante pero nada de lo prometido en garantía de la independencia judicial se hizo; vemos con tristeza al Consejo de la Magistratura (órgano de selección de magistrados)  plenamente cooptado por el poder gobernante.

Los jueces continúan siendo escogidos por el Poder Ejecutivo de una terna que a modo de propuesta eleva aquel consejo. Ni hablar de terminar con los feudalismo, la cleptocracia y de gobiernos entre consortes como los vividos allá por el 2005. Al presente observamos una renovada "dictadura" adornada por el zamorismo. Ayer con Juarez, hoy con Zamora; ayer con Nina hoy con Claudia. 

Tristemente vemos los santiagueños que en esencia nada cambió. Los grupos de tareas que como órganos de represión trabajan en modo encubierto persiguiendo a todos quienes consideran opositores al "régimen" están más latentes y sensibles que nunca; los teléfonos ya no se pinchan como antes, directamente sus comunicaciones, correos electrónicos, facebook y cuanta tegnologia sea requerida para espiar, están al orden del día al servicio de un "estado policíaco" como nunca vivimos por estas tierras. 


Hay muchas deudas pendientes e injusticias que castigar, el daño social provocado en los 12 años pasados no se compara con ninguna dictadura vivida. Estamos en una provincia sitiada. Con jueces corruptos, destituidos de la peor manera y detenidos como delincuentes comunes a quienes desde el poder político ya no pudieron proteger y LUEGO DE DIEZ MESES DE CONOCIDAS SUS ATROCIDADES resolvieron soltarle las manos. ¿Porque no actuaron al mismo momento de conocidos los hechos ?, procuraron por todos los medios ocultar el robo a las arcas tucumanas, pero el gobierno nacional dispuso que la Fiscalia de Estado de la provincia de Tucumán radicara FORMALMENTE DENUNCIA CONTRA TODOS LOS MAGISTRADOS a fin de evitar los ilícitos débitos de sus fondos cooparticipables. Y, el gobierno local nada pudo hacer para ocultar lo evidente actuando en la forma por todos conocida.


En definitiva, en nuestra provincia es vestido de smoquin a un linyera. Con muchas luces, cemento y palmeras. Y, esos es lo que somos, una mascarada del primer mundo en una provincia que aun estamos muy por debajo de los indices del subdesarrollo.